viernes, 20 de agosto de 2010

BLIND LEMON JEFFERSON: Visión Nocturna.


Nacido en Couchman, Texas, en 1897. Decidió abrirse camino en el mundo de la música, cogió su guitarra y ya estaba tocando en fiestas, picnics y en las calles cuando no era más que un adolescente. También viajó a Dallas, Waco y otros pueblos y ciudades más grandes, iniciando una forma de vida vagabunda que mantendría hasta su muerte. Era una existencia precaria, sobre todo para un hombre negro ciego. Fue el primer intérprete capaz de organizar el viejo relato del blues para convertirlo en material grabable, con la estructura y duración necesarias para la técnica de los años 20, en que se exigía un tiempo máximo de tres minutos. Llegó a grabar más de 80 títulos para el sello Paramount. Su ceguera de nacimiento no le impidió alternar la profesión de bluesman con la de luchador de feria. Llegó a convertirse en uno de los más famosos bluesman de los años 20, su voz emulaba los cantos de trabajo de sus antepasados, expresando las miserias que él mismo había vivido. Poseedor de un gran talento para crear letras conmovedoras y para tomar otras prestadas de la tradición popular. Dotado de un estilo guitarrístico poco habitual, a menudo utilizaba un cuchillo para que el instrumento sonara mejor. Los bluesmen del Mississippi le acusaron de romper el ritmo y de tocar una música que no era bailable, pero nada de esto disminuyó su popularidad. Sus discos se vendieron bien en el Delta, y actuaba a menudo allí y en Memphis. Ningún otro artista consiguió imitar su sonido, aunque muchos lo intentaron.

A finales de 1925, el propietario de una tienda de música descubrió a Jefferson tocando en las calles de Dallas y le envió a Chicago para grabar a principios del año siguiente. Sus primeros discos de blues, como muchos de los que vinieron a continuación, fueron éxitos inmediatos. Era el primer artista de blues sureño que se acompañaba a sí mismo que tuvo éxito comercial en discos, y su éxito se puede decir que abrió las puertas a todos los demás músicos que aparecieron en los años siguientes. Su éxito como artista discográfico le permitió vivir bien y abandonarse a las mujeres y la bebida, pero también siguió viajando entre su estado natal de Texas y el estudio de grabación de Chicago. Louis Armstrong reconoció cuanto le debía como cantante. Entre los temas que escribió destacan: "Black Snake Blues", "Pneumonia Blues" y "See That My Grave is Clean", (“Cuida de que mi tumba esté limpia”) en el que la muerte, un tema recurrente en el blues desde su mismo nacimiento, es contemplada desde una perspectiva insólita.

Tras solamente cuatro años de estrellato, le llegó el fin de forma inesperada y horrible, precisamente como él había temido que le sucediera. De regreso a casa, tras actuar en una fiesta en Chicago, en el invierno de 1929-1930 Jefferson, según parece, se equivocó de camino o se perdió y murió por congelación, solo, en la nieve.








Larga Vida al Blues.

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